El tiempo presente, ese tiempo tan valioso que pocas personas realmente saben aprovechar. Pasa que, en estos tiempos, la gente suele pasar la gran parte del tiempo ya sea recordando experiencias pasadas, lo bonito o lo triste que fue o lo que le deparará el futuro, lo bonito o triste que será. Y así, pasan los minutos, pasan las horas, pasan los días, pasan las semanas, pasa la vida.
Justamente, es por cosas de este tipo que la gente no llega a disfrutar su día a día, no llega a vivir plenamente ni tampoco llega a avanzar hacia los objetivos que se propone. Ahora, dirás: ¿Acaso el pensar en mi futuro no ayuda en la creación de este? Pues, sí, lo hace. Siempre y cuando lo hagas con miras de planificar y establecer las pautas o pasos que tienes que seguir para alcanzar ese objetivo. Y, ojo, esto es muy diferente a soñar con el futuro deseado.
Pasa muy seguido, en realidad, lo que se denomina comúnmente como «soñar despierto». Quizás estás en el sofá de la casa y se te viene a la mente cómo sería tu futuro perfecto, ¿te ha pasado? Estoy segura de que sí, de que en algún momento te habrá pasado. Y dime, ¿sacaste algún provecho de eso? Esa respuesta te la dejo a tí, tú sabrás responder a ello.
Veamos el otro punto: el pasado. También pasa lo siguiente: tienes un tiempo libre, estás en el sofá de la casa – de nuevo el sofá – y se te vienen a la mente tus glorias pasadas, o desdichas, también. Un pensamiento lleva al otro y así sucesivamente. ¿Te ha pasado eso? Nuevamente, estoy segura de que sí, y te habrás dado cuenta de que cuando estos pensamientos o recuerdos suelen ser malos, puede llegar a ser un tanto destructivo o depresivo.
Ahora bien, recordar el pasado o soñar con el futuro, es como un viaje en el tiempo. Es un viaje al cual tú le pones fin, cuando decides regresar al presente. ¿Y a que no adivinas? Este viaje también te trae un presente: la infelicidad. Ese sentimiento que es causado por el arrepentimiento de las malas decisiones – porque generalmente recordamos lo malo – tomadas en el pasado, o la desdicha de no vivir en el futuro que tanto quisiéramos estar. Un sentimiento el cual te persigue durante tu día a día y no te deja disfrutar el momento actual.
El presente es el único momento que podemos vivir, disfrutar, y sobre todo, en el que podemos tomar acción. Si realmente quieres alcanzar tus objetivos, es el momento presente en donde debes accionar y disfrutar de todo el proceso. Y me centro en lo siguiente: disfrutar.
Te dirás, seguro: ¿Cómo hacerlo con tantos problemas que hay? No te voy a negar que los problemas hacen complicada la vida, sobre todo en esas épocas que se acumulan, pero de alguna manera la resolución de problemas hace que la vida tenga un sentido o un significado. Ya que, sea la persona que seas, tengas los ingresos que tengas, hayas o no alcanzado muchas metas, los problemas siempre estarán ahí.
Hay una frase que se me quedó grabada: “Las cosas pasan por algo”. Puede que en este momento no lo podamos entender, pero llegará un día en que digamos: “Por eso fue”. Cuando escuché esta frase, logré entender varias cosas. De alguna manera me llevó a dejar de pensar en lo que había pasado, y lo más importante: me hizo darme cuenta de que no tiene sentido preocuparse tanto en ello, que hay que seguir avanzando en el día a día, pasando momentos bonitos como momentos no tan gratos, pero que forma parte de todo el proceso que tengo que vivir, que forma parte de la vida que estoy formando, de mi historia.
Sé que ha sido un blog corto, un tanto informal, quizás, también, pero espero que lo que te he comentado te haya ayudado. Antes de culminar y aprovechando que estás leyendo esto, déjame darte un consejo el cual espero que puedas tomar: Vive tu presente, vive tu proceso, vive tu vida y disfrútala. Ese es el secreto de todo.
